«Only three types of people tell the truth: kids, drunk people, and anyone who is pissed the fuck off." — Richard Pryor»

domingo, 23 de agosto de 2015

COMUNICADO DE SU MAJESTAD

No quiero que me idolatres, eso me pone nerviosa.

Es inevitable que al principio todo sea color rosa. Te he dado la oportunidad de que me conozcas y he sido tan sincera y abierta cómo mi naturaleza desconfiada lo permite, pero entiende que aún es muy pronto para que creas conocerme.

Conozco mis demonios internos y sé que éstos no se muestran tan fácilmente. Por ende, no creas que puedes aceptarlos ni mucho menos lidiar con ellos cuando aún no los has conocido en persona.

Mis opiniones sobre diversos temas y aspectos de la vida son apenas una mínima parte de quien soy. Dudo que eso te pueda dar una idea totalmente certera de mi forma de afrontar el día a día.

Lo que te digan una o dos de mis amigas tampoco es muy confiable, cada una tiene una forma bastante única de apreciarme.

Realmente me alegra que simplemente te agrade todo lo que has visto de mí hasta los momentos, pero inconscientemente (aunque muy evidente a mis ojos) me estás poniendo en un altar.

Y por favor, no lo hagas. Estás poniéndome un gran peso sobre mis hombros. No quiero decepcionarte pero no pretendo frenar ni pretender algo que no me nace.


Si en verdad me has llegado a apreciar, no saques conclusiones sobre mí de forma acelerada y hazte la idea de que soy humanamente imperfecta. 

AL PRIMERO:

No te puedo querer más de lo que me quiero a mí misma, ni mucho menos quererte cuando tú no quieres que te quiera.

Durante demasiado tiempo dejé a un lado mi orgullo y permití que fuera pisoteado innumerables veces. Hice la vista gorda a tus desprecios y desplantes, me menosprecié en más de una ocasión y me arraigué a la idea de que siempre estaba atrás o por debajo de ti.

Qué tonta y tan poco propio de un león, lo sé.

Mi error y culpa fue aceptar todo y aún así seguir abriéndome cuando tú no hacías más que cerrarme la puerta en la cara. Aún pretendes jugar a ilusionarme, creyendo que siempre estaré ahí esperando por ti.

Lo lamento por ti.

 “We accept the love we think we deserve” – Stephen Chbosky

Dejé que el vaso se colmara y luego que se derramara gota a gota. Hoy, ya empapada y con un desastre colosal que limpiar, me cansé de mendigar un amor que se queda corto con respecto a lo que merezco. No merezco tu indiferencia ni tus maltratos. No merezco el vacío que me queda por dentro cada vez que estoy contigo. No merezco que me hagas sentir menos, que soy “otra más del montón” ni mucho menos que no valgo tu tiempo.

Y créeme, lo lamento por ti. Porque por fin comprendí que no me mereces.

No mereces mi cariño ni mi atención. No mereces mi tiempo, mis lágrimas ni mi preocupación. No mereces mis noches en vela, ni mucho menos mi pie de limón.


Si en algún momento me prestaste atención, sabrás que tienes la ventaja de que no soy rencorosa, que tarde o temprano dejo ir las cosas. Pero también sabrás que el cariño jamás será igual ya que una vez que rayas una hoja de papel, por más que intentes borrarla, quedará la marca. 

Tú te lo pierdes, cariño