«Only three types of people tell the truth: kids, drunk people, and anyone who is pissed the fuck off." — Richard Pryor»

lunes, 25 de agosto de 2014

EDADES INCOMPATIBLES BAJO UN MISMO TECHO

Es una lástima que huir a Nunca Jamás no sea posible y convertirse en uno de los Niños Perdidos no sea una opción...

Mi hermano tiene 15 años...

La adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la edad adulta, caracterizada por el descubrimiento y desarrollo de la propia identidad, la autonomía individual y por ser "a pain in the ass" tanto para el adolescente en sí como para los individuos que tienen la desgracia de convivir con uno, ya que no es fácil lidiar con tantas responsabilidades, la rebeldía, y mucho menos con el caos emocional permanente.

Yo tengo 20 años...

Lo bueno de crecer es que es algo que no se detiene en ningún momento y en un abrir y cerrar de ojos saltamos de una etapa a otra y sin darnos cuenta atravesamos la adolescencia y entramos en lo que es la edad adulta. Lamentablemente ésta etapa no es menos complicada que la anterior.

Recientemente cumplí 20 años y la forma en que recibí y celebré el día de mi cumpleaños se ajusta bastante bien a mi percepción de lo que ha sido hasta ahora mi día a día de una adulta joven: Una mezcla poco proporcional entre un exceso de obligaciones, pocas diversiones y falta de tiempo para descansar. A ésto se le anexa el desajuste emocional que arrastro de la adolescencia y la necesidad (y exigencia) de independizarme lo antes posible más la frustración a causa de la imposibilidad de ello debido al sin fin de problemas económicos, políticos y sociales que azotan al país. 

Mi papá tiene 52 años...

Existe algo llamado popularmente "La Crisis de la Mediana Edad" la cual no es más que una adolescencia en plena edad adulta. Esta etapa se caracteriza por ser una mezcla entre la adolescencia, la edad adulta en sí y una dosis elevada de ridiculez. 

Los individuos que atraviesan por esta etapa tienden a tornarse rebeldes, emocionalmente inestables, se muestra hostiles hacia sus responsabilidades y comienza a actuar no acorde a su edad. Adoptan frases como "Eso no es tu problema", "Yo no tengo por qué darte explicaciones" y "Yo hago lo que me de la gana" que son dirigidas y repetidas constantemente a sus hijos. Reunirse con viejos amigos que pasan por la misma crisis se vuelve una constante, luego crean grupos en WhatsApp donde planifican salidas a las discotecas de moda, bares, sesiones de bailoterapia y yoga. Invaden las redes sociales, comienzan a hacer spam en Facebook de recetas de cocina que nunca harán, se toman selfies compulsivamente y escuchan música estridente. 

De por sí, en todas las familias suelen haber ciertas confrontaciones, pero lo cierto es que convivir bajo un mismo techo nunca había sido tan exasperarte.